Hoy en día todo el mundo puede expresar sus ideas mediante la imagen gracias a la informática mientras que, hace unos pocos años eran sólo unos pocos los que podían dedicarse a este mundo. Estamos constantemente aturdidos por la publicidad; en revistas, periódicos y televisión, así hasta con la publicidad ‘interactiva’ que nos aparece en internet, personalizada por nuestro gusto.
Pero eso sí, hay que distinguir entre una imagen que comunique algo y con otra que no lo haga, eso es lo que distingue entre una imagen buena y otra mala. Podemos tener una imagen que sea sencilla pero que nos comunique mucho, y otra que contenga muchos elementos pero que nos suscite poca comunicación, por ello hay que pensar antes de hacer…
Encontramos imágenes de todo los gustos; desde publicitarias, que nos vendan algo. O hasta simplemente un cartel de algún grupo o partido. Todas ellas son obras de arte.
En la publicidad nos encontramos siempre ante un reto; conseguir que la gente se fije en nuestro anuncio, vea el producto y lo compre. Y eso siempre acompañado de la manera más original o la típica, pero esto último ha cambiado en los últimos años… Ahora se lleva la originalidad, acompañada de algún mensaje subliminal. Esto último no siendo bueno, es empleado por el alto coste de hacer alguna campaña publicitaria. Los creadores no se pueden gasta millones de euros y que luego su publicidad no valga de nada. Por lo tanto toda publicidad buena suele estar ideada buenamente. Así que, el espectador estará constantemente ‘abucheado’ por engaños, alusiones y tretas, de la que muchas veces no podrá escapar y acabará comprando el producto.

En la imagen podemos encontrar dos tipos de contenido el connotado y el denotado.
El connotado se refiere a los mensajes no explícitos que aparecen en una imagen, sería la lectura de la imagen realizado por el lector, vamos lo que entiende él…
El denotado como seguro os estaréis imaginando es lo que vemos, el aspecto sin profundizar en su mensaje.
Encontramos en las imágenes publicitarias ‘texto’ que puede estar en formato ‘libro’, que quiere decir que hay más texto que imagen explicando el producto y en la que aparece pequeñas frases que definen la naturaleza del producto y suelen ser a veces, o en la mayoría, subliminales.
Una imagen según el color da una sensación distinta, mientras que una imagen en blanco y negro tiene poco que decir, una en color expresa mucho más de lo que podemos llegar a pensar. El color azul por ejemplo da un signo de pureza, mientras que el color amarillo por ejemplo, da un toque de ‘alegría’, ‘chispa’.